¿Quizás querrías comprar una flor?
Pero yo nunca podría venderla.
Si quisieras tomar la prestada,
Hasta que el Narciso


Desate su gorro amarillo
Bajo la puerta de la aldea,
Hasta que las abejas, de las filas de Tréboles
Liben su vino y su Jerez.

La prestaré justo hasta entonces,
¡pero ni una hora más!


Emily Dickinson herbario y antología botánica.